Un estudio del Hospital Universitario de Valencia certifica que el deporte de Karpov, Kasparov o Bobby Fisher es una buena herramienta para hacer trabajar las conexiones neuronales y activar así la memoria. La esperanzadora investigación ha seguido a un grupo de ancianos que, un año después de empezar a practicar el ajedrez, han mejorado sus aptitudes memorísticas. Según los autores, no se trata de una receta universal, pero sí de un buen tratamiento que incluso puede ser una buena terapia de prevención de enfermedades como la de Alzheimer.
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sábado, 4 de julio de 2009
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