El pasado 19 de febrero, el programa «60 minutos» dedicó uno de sus fantásticos reportajes a Magnus Carlsen, el número uno más joven de la historia del ajedrez. El mítico espacio de la CBS llevó a un equipo al torneoLondon Chess Classic y centró su atención en el ajedrecista noruego.Bob Simon trata de explicar a su público (americano y televisivo, pero inteligente, para que luego digan) cómo funciona la mente del genio.
Carlsen juega a ciegas contra diez oponentes, algo que impresiona al presentador de «60 minutos»
El programa muestra a Carlsen jugando diez partidas simultáneas a ciegas, sin apenas tiempo de reflexión para cada jugada. «Es lo más extraordinario que he visto nunca», confiesa el presentador. Simon comenta que el ajedrez es un deporte «en el que nadie se mueve, aunque cualquier maestro les dirá que puede ser más brutal que el boxeo». En la competición de alto nivel, el objetivo no es solo ganar, sino destruir al rival.
En este sentido, Carlsen confiesa que disfruta de verdad cuando ve que su contrincante está sufriendo, mientras que su padre, que tiene una visión más idealizada, compara la habilidad del chaval con la de un escritor o un pintor, solo que explota su creatividad en otra dirección.
El reportaje también habla de los peligros que acechan a mentes tan sofisticadas, y cita la caída en la locura (no se molestan en utilizar eufemismos) de Bobby Fischer. Magnus admite que llegó a preguntarse «¿Me ocurrirá esto a mí en unos años?» y que aquello le sirvió para permanecer alerta.
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