El maximalista Gari Kaspárov anuncia que será candidato a la presidencia de la Federación
Internacional de Ajedrez (FIDE) en 2014 contra su millonario compatriota Kirsán Iliumyínov, a quien reprocha, entre otras graves acusaciones, la amistad con los difuntos dictadores Sadam Hussein y Muamar El Gadafi, así como con el actual déspota de Siria, Bashar Al-Assad. El reto es colosal porque la FIDE engloba a 175 países, y la corrupción es normal en la mayoría de ellos. Incluso si Kaspárov decide que el fin justifica los medios y baja a las alcantarillas de la ética para lograr su objetivo, se enfrentará a verdaderos tiburones electorales que logran los votos para Iliumyínov como antes los consiguieron para el ínclito filipino Florencio Campomanes. Ellos derrotaron en 2010 la candidatura de Anatoli Kárpov, quien contó con el firme apoyo de Kaspárov.
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