Gunsberg pasó a la historia del ajedrez como el que intentó batir en el Campeonato del Mundo de 1890/91, a Steinitz (sólo perdió 10½-8½); pero no deberíamos olvidar que pudo superar en match a Blackburne en 1887 y que luego más tarde, en 1890, empató otro contra ni más ni menos que Mikhail Chigorin (!?).
¡Aquellos sí que eran grandes torneos!. Tanto Chigorin como Lasker, perseguidores de Pillsbury antes de la última ronda, también vencieron en sus respectivas partidas. Incluso el maestro ruso necesitó de 78 movimientos, para doblegar y con las piezas negras, al sólido maestro austriaco, Carl Schlechter. Y estamos refiriéndonos a la ¡vigésimoprimera ronda! de la competición.
Terminamos estas bonitas crónicas de “Hastings 1895” escritas con “placer artístico” con un cuadro que refleja, y muy bien, el ambiente de aquel torneo, viendo en el mismo el sentimiento que perduró en la memoria del pintor de la partida de la décimosegunda ronda entre Lasker y Pillsbury, este último, sin lugar a dudas, todo un ¡gran vividor!.
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