domingo, 22 de enero de 2012

Una historia de las trampas en el ajedrez (III)

En enero de 1999 el principal tema de conversación entre los jugadores de primera fila, como Kasparov, Anand y otros era sobre el misterioso ajedrecista aficionado alemán, con un Elo por debajo de 2000, que había ganado un fuerte abierto por delante de grandes maestros y maestros internacionales, con un ajedrez de ataque maravillosamente valiente, con un rendimiento de 2630. ¿Cómo lo había hecho? Resultó que fue con métodos poco convencionales, de acuerdo con lo descubierto por una posterior investigación.
Nota en Chessbase

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