La ciencia ha resuelto ya los finales de ajedrez de hasta siete piezas, incluidos los dos reyes. Es un pasito más hacia la resolución del gran problema: con un juego perfecto, ¿acabarían las partidas en tablas o ganarían las blancas? Como el ajedrez es un juego finito, con 64 casillas que no admiten ampliaciones ni recalificaciones y 32 piezas sin posibilidad de fichajes, es posible que algún día conozcamos la respuesta… siempre que el fin del mundo no esté a la vuelta de la esquina, porque lo seguro es que llevará mucho, mucho tiempo.
Es difícil que el lector desconozca la historia del inventor de ajedrez y de los granos de trigo, que según la leyenda pidió a modo de recompensa y de lección. Esta llegó cuando dijo «conformarse» con un grano de arroz en la primera casilla, dos en la segunda, cuatro en la tercera, ocho en la cuarta, etcétera. Lo que parecía una modesta retribución, fácil de zanjar en cualquier restaurante chino o valenciano, resultó ser la factura más alta que ha presentado nunca un ser humano, incluidos los peores políticos. Es lo que tiene la progresión geométrica.
Lo sorprendente del ajedrez es que, con un terreno de juego tan manejable y una cantidad de «fichas» moderada, ni siquiera los más potentes ordenadores de la NASA o los hijos de Deep Blue son capaces de jugar a la perfección. El ajedrez no es infinito, pero le falta muy poco. Leontxo García siempre cuenta que el número de jugadas posibles en una partida es mayor que el número de átomos en el universo. Ante la imposibilidad de comparar o de imaginarnos siquiera magnitudes así, basta con comprobar que, en el siglo XXI, el último avance ha sido resolver algo tan modesto como los finales de hasta siete piezas.
Dado que ni siquiera las máquinas más potentes pueden calcular todo esto «en directo», la solución es almacenar en bases de datos las tablas de todos los finales posibles. Así, ante cualquier posición, el ordenador consulta su «librito» y nos cuenta cuál es la mejor jugada posible y cuál será el resultado si blancas y negras prosiguen con un juego óptimo. Dicha perfección en el juego, por supuesto, está muy lejos del alcance de los humanos, pero es útil para comprobar si la teoría conocida es correcta o no.
El mate más largo
Como curiosidades descubiertas ahora, hay posiciones realmente sorprendentes. ¿Cuál es el mate más largo que se puede obtener con siete piezas? La respuesta es inimaginable: en la posición del diagrama, juegan las negras y recibirán mate en ¡545 jugadas!. Si no es capaz de encontrar la solución, el lector no debe sentirse culpable.
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