Samir Samadov tenía un tumor cerebral y un único deseo: protagonizar su propia película y convertirse en superhéroe. A los diez años, el chaval debe seguir luchando por sobrevivir con ayuda de la quimioterapia, después de haber sufrido una operación y de recibir sesiones de radioterapia durante seis semanas. El deseo, sin embargo, ha quedado más que cumplido. No puede sentirse más orgulloso de su obra, «Jaque mate». Ahora sueña con ser campeón del mundo de ajedrez y con ayudar a otros niños enfermos.
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Lasker, Capablanca, Alekhine y Botvinnik o ganar en tiempos revueltos (395)
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El eminente *radiólogo* (medicina) y a la vez recién proclamado en aquel
entonces "*medalla de bronce*" del último campeonato soviético, Fiodor
Bohatirch...
Hace 1 hora.
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