Steinitz, primer Campeón del Mundo oficial, ya dejó claro que los grandes campeones deben estar por delante de su tiempo y aportar ideas nuevas que sirvan de “leche materna” para todos sus sucesores.
Algo tan simple y lógico y que lo cuenta muy bien la historia del ajedrez es obviado hoy en día por una F.I.D.E. dirigida por gente como Ilyumzhínov y Makropoulos que piensan más en sus negocios que en el mundo del juego-ciencia (??).
Creo que estos personajes han caído en lugar equivocado y todavía no se han dado cuenta de ello; pero claro, aquí estaremos los grandes aficionados como el que les escribe para recordárselos de por vida (!?), así hasta que alguien se los cuente y viéndose “impotentes” para enderezar el mundo del ajedrez, abandonen (!).
El ejemplo de lo aquí manifestado se puede ver en la partida de la octava ronda del Supetorneo de San Petersburgo 1895/96, disputada el 31-12-1895, entre Steinitz y Chigorin.
El campeón ruso, un amante de las complicaciones, se vio maniatado posicionalmente desde un principio.
Aquella partida vino a demostrar que la táctica era sólo una parte más de una gran labor estratégica.

Angel Jiménez Arteaga
http://www.ajedreztenerife.com
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