En una partida rápida, un gran maestro de ajedrez es capaz de hacer más de dos jugadas por segundo (¡y además elegir las buenas!), pero también puede cometer errores terribles. Estos días se ha jugado en Astaná, capital de Kazajistán, el Mundial de partidas rápidas y relámpago, organizado por la FIDE, que por fin apuesta por estas modalidades de juego. El Mundial de rápidas (a un ritmo algo más lento), fue dominado por Sergey Karjakin, quien ganó por delante de Carlsen y Topalov. En lsa partidas relámpago, ganó Grischuk (también jugador de póquer), por delante de Carlsen y Karjakin. La bolsa de premios ascendía a 400.000 dólares. Entre los grandes, las ausencias de Anand y Kramnik fueron las más destacadas.
El control de tiempo en el Mundial de rápidas fue de 15 minutos para todos los movimientos, más 10 segundos de incremento por jugada. El ritmo es lo suficientemente rápido para ver apuros y errores importantes. El búlgaro Veselin Topalov se llevó la palma: dejó escapar un mate fácil anteCarlsen (y con ello la segunda posición) y perdió la siguiente posición, con tres peones contra uno, frente a Tkachiev, a quien saca más de cien puntos Elo.
Con la captura del peón de h4 por parte del rey negro, parecía que Topalov, jugando mal, se aseguraba las tablas. Perdió frente a Tkachiev
Aquí Topalov dejó escapar un sencillo mate con Tg5+, seguido de Dxh5. Invirtió el orden, jugó primero Dxh5 y el búlgaro dejó escapar vivo a Carlsen, que pudo defenderse con Td6
El vencedor final fue el ruso Karjakin (nacido en Ucrania en 1990, pero nacionalizado en 2009), que en su día se convirtió en el maestro internacional más joven de la historia, con once años y once meses, y luego en el gran maestro más precoz, a los doce años y siete meses. Es decir, tiene 22 años y ya acumula una década de vuelo como gran maestro. Eclipsado por Carlsen en estos años, parece que Karjakin no ha dicho la última palabra. Ahora es sexto del mundo y lo tiene todo para intentar el asalto a la cumbre.
El Mundial de ajedrez relámpago se juega con tres minutos para toda la partida, más dos segundos de incremento por movimiento. En esta modalidad el ganador fue Alexander Grischuk, quien desde que juega al póquer no para de cosechar éxitos sobre el tablero. Mi teoría, quizá descabellada, es que un juego como el Texas Holdem fortalece su nivel ajedrecístico, más aún en partidas con un tiempo limitado, en las que hay que tomar decisiones sin tener toda la información. Segungo fue Magnus Carsen y tercero, Sergey Karjakin. Ambos demostraron gran regularidad en los dos torneos.
martes, 10 de julio de 2012
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